Como han cambiado los tiempos, cuando yo era secundario, no tenía celular, ni Play Station, el Profe era autoridad, y si no lo pescabas te iba muy mal… lo sé por experiencia.
Hoy no, la cosa ha cambiado mucho, hoy, soy secundario, soy pingüino protesto tiro piedras le falto el respeto a la autoridad, me paso por una buena parte a mis profesores, y soy aplaudido por algunos políticos y me dicen que soy joven líder.
Protestar, salir a gritar, a tirar piedras, a exigir que se acabe el “lucro” en la educación, sin saber que significa la palabra, porque lo otro que caracteriza a nuestros jóvenes es su, casi abismal ignorancia.
En mi cabeza está grabada la primera marcha de estudiantes en el gobierno de Sebastián “están todos nerviosos cuando hablo” Piñera. En la oportunidad un periodista se acerca a una niña y le pregunta por qué está marchando… ella contesta, sin vacilar, porque imagínense la cagaita que va a dejar Piñera en el gobierno. Este es un nuevo modelo, el modelo de protestar por si las moscas. Algo así como cuando en enero la CUT anunció movilizaciones para Octubre. ¿por qué? Porque hay que protestar pue!!.
A mí, en lo personal me da rabia, ver los colegios tomados con las mesas y sillas, destruidas, con niños que no saben sacarse los mocos, que ni siquiera saben porque están alegando. La semana pasada, cerca de mi oficina, camino a almorzar, vi una reunión de secundarios, la imagen era dantesca, una niñas de 14 0 15 años parada en una banca de plaza rodeada por sus compañeros anunciaba que al día siguiente empezaba la toma… la razón, porque no podían seguir lucrando con su educación y que aparte tenían muchas pruebas.
Que se puede esperar de una juventud que ha perdido el respeto a sus padres abuelos, profesores, autoridades. Solo respetan y admiran las imágenes icónicas de ídolos Disney, la debacle moral llegó para quedarse, el “ponceo” está a la orden del día, los pantalones en la rodilla, el cuchillo en el bolsillo y todo esto apoyado por las nuevas generaciones de dirigentes universitarios, como la estupendísima Camila Vallejo, que lo que tiene de estupenda lo tiene de bruta. Es decir no es mi afán el de insultar pero declarar que el problema de las manifestaciones es que los Carabineros se alteran cuando les tiran piedras. Con un Gobierno que en vez de apoyar más la protección a los ciudadanos que no protestan, a la propiedad tanto pública como privada, tiene atisbos de limitar las acciones represivas de las fuerzas de orden.
Donde vamos a llegar, quieren una educación que elimine el lucro, pero quieren una educación de calidad, quieren más control del Estado, pero este ha mostrado en toda la historia de la humanidad, ser siempre menos eficiente que el sector privado.
No importa, que importa en realidad, sigamos igual, total tan mal no estamos, total es normal gastar $600.000 en una almuerzo cuando los trabajadores de este país ganan con suerte $300.000 al mes. Total es lógico que la CUT financie una campaña política, si es de un hombre del pueblo.
Niños protestando por Hidroaysen cuando ni siquiera saben que cresta es Hidroaysen, y que dicen, que se puede reemplazar con energía solar y eólica, o sea está mal inundar un pequeño pedazo de tierra, para generar la energía más limpia que se puede generar, pero está bien llenar de fierro placas y matar el desierto de Atacama.
Los jóvenes reclaman por faltas de oportunidades, por falta de apoyo, cuando a la luz de los eventos, su último interés es el de aprender y desarrollarse.
La no disposición al dialogo que han mostrado, solo refleja una actitud totalitaria, heredada de un discurso y una teoría política ya extinta prácticamente en el mundo. Teoría que murió por utópica e ineficiente en su administración, teoría ya olvidad en todos los países que aún flamean sus banderas rojas, que más que filosofía política parece, la añoranza de un pasado que no quieren olvidar pero con un presente bastante más cómodo. Pero no, nuestra juventud recoge las teorías utópicas y las transforma en sus banderas de lucha, y del 1% que entiende de lo que habla, es seguido por el 99% restante que solo quiere perder clases y tirar piedras, jugar al encapuchado y ser “bacán”.
Pero que se puede esperar de los alumnos de un profesorado que no quiere ser medido ni sancionado por su falta de profesionalismo, cuando se quejan de un proyecto que premia la excelencia y elimina la mediocridad, mediocridad que está claramente reflejada en el alumnado chileno. Y lo peor es que marchan junto a ellos, eso es avalar la mediocridad!
Impacta la justificación de los disturbios por parte de los organizadores, que son infiltrados, que no son más de 100 en un universo de 70.000, que ellos no tienen responsabilidad. Matemática pura, si 100 dejan la escoba, como los 69.900 restantes no van a poder controlarlos. Exijo que para futuras marchas se pida boleta de garantía a todos aquellos que solicitan el permiso.
Lo que está pasando para mí es un reflejo de la “gringolización” de nuestra juventud, donde una masa absolutamente estúpida e ignorante es dirigida por un 1% de gente con la capacidad de pensar y estos les creen absolutamente todo, y los siguen como una línea de vacas al matadero.
La pregunta del millón, supongo que los secundarios que están perdiendo clases, destruyendo colegios, marchando, tirando molotov, destruyendo propiedad privada y pública, sus padres y apoderados estarán dispuestos a resarcir el daño hecho por ellos. De lo contrario el llamado y la señal son claros:
EN CHILE PAGA MOYA